27 noviembre 2006

Investigación rosa

Post--> ¿Es posible otro Watergate?


Lo del Watergate eran otros tiempos, como para el periodismo. Los cambios son evidentes, la multiplicidad de medios de comunicación, agencias, ruedas de prensa, incluso hay más políticos, todo ello hay que aderezarlo con un cantidad muy superior de periodistas en el mercado. Lo único que disminuye es el tiempo, y con él la calidad.

El periodismo actual tiene fuerza, de hecho casi cualquier noticia es susceptible de que, tras el anuncio en un medio, sea tratado con mayor profundidad y se tenga en cuenta en tribunales o por los gobiernos pertinentes. Tras esa publicación emergen una serie de individuos que dicen conocer o padecer ese tema, con lo que ya estas movilizando a la ciudadanía. Creas interés.

Una vez creado éste, el siguiente paso es ofrecer algo increíble y que nadie este en posesión de saberlo, sólo tú. Pero es ahí cuando pasa a actuar ´garganta profunda´,entendida como alguien que presta información; no es nada más, a mi entender, que una filtración, simplemente hecha con cierta clase, para que no se note que soy yo y que voy a obtener beneficio (xxxxx ) por ello.

La prensa rosa es, aún me pese decirlo, uno de las especialidades que más investigación utiliza. Otra cuestión es que sean cosas absurdas como el ´pim-pam´ de Jose Manuel Estrada o tan interesantes que puedan llevar a que se pase a investigar las bolsas de basura que Mayte Zaldívar veía pasar por su casa. El ´quid´ de la cuestión es saber utilizar el periodismo de investigación y aplicarlo, como si fuese algo innato, cada vez que se presta la oportunidad, siendo lo mejor siempre aunque siendo imposible diariamente (si quieres hacer lo que el medio te dicta).

Las consecuencias si pueden ser como la de Nixon (o parecidas según el tema), pero antes de tomar esa decisión hay otros caminos que andar con la finalidad de --> obtener el máximo rendimiento económico, o si no por qué Mark Felt (Garganta profunda), tras 30 años silenciado, revela su identidad, en la revista Vanity Fair, previo pago. Una realidad que aunque nos pese esta ahí.